Hoy celebramos la fiesta de Todos los Santos. Este año, todos lo que formamos la familia de Fundación Victoria estamos trabajando la figura de Chiara Badano, que con su testimonio de fe durante su enfermedad se ha convertido en un ejemplo a seguir.
Nosotros, para celebrar este día, hemos querido quedarnos con esta frase: “Ya no puedo correr más, pero ¡cómo me gustaría poder pasarle (a los jóvenes) la antorcha, como en las olimpiadas!”.
Las olimpiadas empiezan con el gesto de encender la antorcha. Esto significa luz, significa recomenzar en cada carrera, implica el trabajo en equipo para conseguir encender la gran llama que alumbre a todos. Con nuestro amigo Jesús nos pasa lo mismo. Él nos da una luz para que la llevemos siempre donde vayamos y, con nuestra alegría, alumbrar siempre a los que nos rodean.
Esto quiso también hacer Chiara. Ella quiso dejarnos la luz de su antorcha a cada uno de nosotros para que pudiéramos andar con Jesús y así, ser luz en el mundo.
Por eso, con nuestra antorcha hemos querido reflejar la luz que Jesús pone en nuestro corazón y así, pedirle a Él y a sus amigos del cielo, que son los Santos, aquello que nos hace falta para tener un corazón feliz, porque como decía Chiara: “No tengo nada más, pero tengo aún mi corazón y con él siempre puedo amar”.
Vídeo de la celebración